lunes, 4 de enero de 2010

Felizmente terminó


Me he encontrado contando los días para que diciembre termine. Habitualmente ocurre todo lo contrario. Es uno de los meses que espero con más impaciencia a que llegue. Más que nada por las vacaciones, viajes y regalos que generalmente vienen acompañando al último mes del año.

Lamentablemente este año, lo único que acompaño a diciembre fue: confusión, caos y depresión. Tengo que admitir que creo que mis hormonas y el pequeño desbalance que padecieron este mes fueron las causantes de mi nuevo hallado odio dicembrino.

¿Alguna vez les ha pasado que tienen una época en la cual una nubecita negra los persigue? ¿Una época en la cual hagan lo que hagan todo les sale mal? Son rachas, y lo sé, pero diciembre ha sido lúgubre para mí.

Pero he aquí el lado positivo. Felizmente terminó. Estamos en un nuevo mes y para mejorarla todavía más, en un nuevo año. Así que espero que el 2010 tan impacientemente y expectantemente recibido por mí, cumpla todas mis expectativas.

1 comentario:

  1. Esa percepción de que "todo sale mal" tiene mal puesto el foco. Lo que realmente debemos pensar es "todo lo hago mal" o "atraigo cosas negativas". Solo entonces comprendemos que el problema es nuestro, es de actitud. Cuando uno se encuentra con una actitud negativa, sin darse cuenta, empieza a generar negatividad a su alrededor. Es muy sutil, pero es como un efecto dominó. Lo que proyectas en las personas de tu alrededor acaba volviéndote multiplicado. Dedica sonrisas y abrazos, y verás como todo empieza a ser mejor.

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