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Con un mes de atraso llega este post pero creo que un mes ha sido el tiempo que me tomo digerir el mal trago de otro mundial en el que Argentina volvió a ser eliminado en cuartos y otra vez de la mano de los Alemanes. Aunque siendo sincera, el mundial pasado me dolió mucho mas. Sera por el hecho de que el mundial pasado fue por penales, por culpa del papelito de Lehman, y ahora fue un baile teutón con 4 goles incluidos.
Mi fanatismo por la albiceleste no es casual. Mi madre, argentina de nacimiento y peruana por adopción, me viene lavando el cerebro desde que nací con el clásico vamos, vamos Argentina. Me llevó a celebrar el mundial del 86 en caravana automovilistica hasta el consulado argentino, recuerdo que tengo gracias a las fotos que me ha mostrado. Me llevó a celebrar el sub campeonato del 90 hasta el parque kennedy, pero lo único que me acuerdo es de una señora con su bandera alemana y la bronca que me dio verla tan feliz y nosotras resignadas. La vi llorar en el 94, despues de que el dia de su cumpleaños, Rumania le ganara a Argentina y la dejara fuera en octavos. El fanatismo por la albiceleste es algo que todas las mujeres de mi familia tienen y nunca dejaran de tener.
Es por todo esto que cada 4 años el mundial lo vivo diferente a casi todos mis amigos. Yo soy hincha desde la cuna. Admito que me encantaria poder sentirme asi por mi otra camiseta, la peruana. Pero mientras espero algun dia ver a Perú en un mundial tengo igual por quien hinchar.
Este comercial de Quilmes me encanta. Es el fanatismo hecho publicidad
