domingo, 13 de diciembre de 2009

90 minutos


Lo que más me gusta de los domingos, aparte de que es el único día que puedo dormir hasta tarde, es que de todas maneras pasan algún partido de futbol. Y hoy para ponerle la cerecita al postre, era el clásico que definía el campeonato nacional.

Para mi los 90 minutos que dura un partido son 90 minutos en los cuales me relajo, disfruto y me olvido del mundo, porque durante esos 90 minutos lo único que importa es esa pelotita y los 22 jugadores que la persiguen por toda la cancha.

Y la verdad que necesitaba desenchufarme de mi misma hoy.

El chico que nunca llamo el viernes sigue no habido. Ni un mensaje de texto, ni una llamada, ni un mensaje por facebook, ni una señal de humo. Nada de nada. Ya se que es medio de loca la desesperación que tengo porque me llame, pero la verdad es que mínimo hacerme saber que esta vivo y explicar el motivo de la choteada del año que me mando.

Yo no pienso llamarlo. Aunque juro que mi mano y mi cabeza me dicen cada 20 minutos que lo haga. Pero no le daré la satisfacción de ser yo la que de el primer paso. No se lo merece.

Así que lo pasado pisado. Si llama bien, y si no también. Los 90 minutos de este partido creo que terminaron con goleada del visitante al local. Pero no me voy a poner triste porque el próximo partido lo pienso ganar yo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Delirio de persecución


Una noche de terror. El pánico de ver a tu ex luego de un auto-exilio bonaerense que termino de ponerle el último clavo al ataúd de una relación que en realidad estaba muriendo hace rato. La desesperación de que tu actual chico no te contesta el teléfono a pesar que le dijiste explícitamente y en repetidas ocasiones que ese día iban a salir y que lo iban a ver a él.

Vale la pena aclarar que como toda chica de Júpiter soy anti-etiquetas. Nunca he llamado a un chico mi novio, creo que nunca lo hare y no se si quiero hacerlo. En ese sentido soy de lo peor. No quiero decir que es mi novio pero quiero todo lo que un novio conlleva. Pero sin la etiqueta, obvio.

Con el ex, que en realidad no es ex novio, sino mas bien ex chico con el que pase 5 meses increíbles y 5 meses miserables que culminaron magistralmente con huida del país incluida, me paso exactamente lo mismo que me esta pasando con el actual. A los dos los conocí en setiembre, 2008 y 2009 respectivamente. Los dos me buscaron a mí, yo nunca los busque. Y al parecer a los dos cuando empecé a demostrarles que realmente me importan les empece a dejar de importar yo.

Ese rasgo netamente masculino de desinteresarse cuando atrapa a la presa y la cacería termina es algo que me confunde totalmente. ¿Por qué? Si tanto la luchaste para que la susodicha te haga caso porque diablos en el momento en que te dice: “ok, intentémoslo” ya no quieres intentarlo.

Pero este complejo de persecución que al parecer excita a los hombres también lo hace con las mujeres. Sentirse deseada es algo que creo a ninguna mujer le disgusta. Pero al mismo tiempo llego a mi queja ante la situación. ¿Por qué tanto juego? Yo no quiero hacerme la difícil para atraparlo, quiero que me quiera, me lo diga y punto.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Yo soy de Júpiter


Ese viejo dicho de que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus creo que no se aplica a mí. Al parecer yo soy de Júpiter.

Esta jupiteriana se autodenomina así porque ha llegado a la conclusión que padece de la neurosis característica venusina pero al mismo tiempo de la indisponibilidad emocional de los marcianos.

¿Una neurótica incapaz de exteriorizar sus sentimientos?

Definitivamente soy de Júpiter.